Los estudios de segmentación son una herramienta clave para diseñar estrategias eficaces en el mercado farmacéutico. Identificar perfiles diferenciados facilita adaptar el posicionamiento del fármaco, detectar necesidades no cubiertas y optimizar la propuesta de valor, maximizando así el impacto en cada segmento.

Por otro lado, segmentar a los profesionales sanitarios según sus actitudes, patrones de prescripción y niveles de adopción aporta una visión más precisa sobre cómo y por qué se utiliza un tratamiento. Esta información resulta esencial para personalizar la comunicación a estos profesionales, definir acciones específicas por tipo de prescriptor y mejorar la estrategia de acceso.

La combinación de ambas perspectivas —médicos y pacientes— permite entender con mayor profundidad la dinámica del mercado, anticiparse a cambios en sus comportamientos y tomar decisiones más enfocadas, rentables y sostenibles.